Tomo mi bolso, ya ha descansado mi bastón, el camino sigue ahí, intacto, como desafiando a los transeuntes o viajantes que puedan por casualidad o destino pisar este suelo, este camino, mi camino, sigue lleno de tiempo e historias. El sol calienta las piedras llena de historias también, la luna las sana, el árbol se aferra al suelo desafiando el tiempo, y con tal fuerza que pareciese que le quisiera extraer los más hondos secretos de la tierra. Las huellas son erosionadas por el viento, hago el primer paso, no dejo raíz, mi sombra no descansa, pues soy peregrino en busca de una palabra que pueda seducirte, en busca de nuevas lenguas, de sabios y genios... mi barba protege mi pecho y oculta mis labios que tienen mucho que decir que tienen sed de tu piel, pero solo anhela aquella palabra que sea digna de vos, mi musa...
Temo al tiempo, me oxida, mis manos envejecen, temo que no puedan acariciarte, que mueran en búsqueda. Ya cansado te envuelves en mi mente, me das combustible y sigo... sigo porque soy peregrino...
(r. alejandro fuentes - 2007)
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